lunes, 2 de mayo de 2016

Tal vez

Tal vez todo esto se acabe. Es probable que el año que viene no volvamos a vivir estos momentos, que nos separen las circunstancias, que nos vayamos a otro país en busca de nuevos proyectos, que conozcamos a gente nueva, cambien todos nuestros círculos sociales y, con ello, todos nuestros planes. Tal vez el año que viene tengamos un estilo de vida totalmente distinto al actual, completamente incierto, absolutamente inesperado.
Lo cierto es que nunca volveremos a estar donde estamos ahora, como estamos en este preciso instante. El futuro, por suerte o por desgracia, se nos escapa de las manos de un modo totalmente inevitable.

Está bien. Es apasionante eso de imaginarse las cosas que nos sucederán, cómo estaremos y qué será de nosotros mismos y de todos aquellos que nos rodean en un futuro no tan lejano. Es estimulante saber que el tiempo pasa, que tenemos mil experiencias desconocidas allí fuera, en algún lugar remoto, aguardando nuestra llegada.

Es tan bonito y tan triste al mismo tiempo... La vida sigue su curso; cambiamos, cumplimos años y maduramos. Así, entre cambio y cambio, nos damos cuenta de que nada es estático y de que es muy probable que las personas que ahora nos llenan no nos acompañen siempre del mismo modo. Quizás en unos meses sean otros los motivos que den sentido a esas sinceras y espontáneas carcajadas que no cambaríamos ni por un milhojas de merengue.
Sea como sea y pase lo que pase, espero no olvidaros nunca. Espero que cuando las cosas se pongan difíciles pueda ser capaz de cerrar los ojos y transportarme aquí, con vosotros; a esta mañana soleada, a este sitio que hemos hecho nuestro, en el que hemos construido innumerables recuerdos. Tal vez construyamos alguno que otro más, ¿no?.
Quiero que todos nuestros momentos mágicos sigan intactos en mi mente para, así, recordar que una sonrisa puede llegar a ser la cosa más difícil de borrar cuando estás en tu lugar, rodeado de "tus personitas", cuando sientes que cualquier otra cosa que no fuese la que estás haciendo sería una tajante pérdida de tiempo.

Tenemos que ponernos tiernos, reflexivos y empalagosos más a menudo, dar más abrazos y besos a todos los que consiguen dar sentido a nuestros días, a todos los que nos permiten ser nosotros mismos, a todos los que siempre nos ayudan y a los que, en definitiva, adoramos.

Deberíamos detenernos a apreciar todos y cada uno de los detalles, momentos y personas que forman parte de nuestros días hoy y darles las gracias por ser nuestros soletes de primavera, nuestras estufitas internas en los días fríos 





Tal vez mañana todo cambie.